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Un historiador amante de la lucha por los derechos de todas las personas, fijó un precedente en la propia historia de Aguascalientes y de la masonería en Latinoamérica, al lograr la realización de la primera ceremonia masónica de reconocimiento conyugal de personas del mismo sexo.
Marco García tiene 44 años de edad, es estudiante del doctorado en estudios socioculturales en la Universidad Autónoma de Aguascalientes y activista en la Fundación VIHDHA A.C. Eduardo Altamira tiene 30 años de edad y se dedica a la enfermería. Dos aguascalentenses que desde hace 11 años sostenían una relación amorosa y decidieron iniciar una nueva etapa en su vida y acceder a sus derechos como ciudadanos mexicanos: el matrimonio civil. Pero también a un enlace espiritual a través de la masonería, dejando una fuerte precedente en las logias del país y de Latinoamérica ya que nunca se había realizado este rito masónico con una pareja del mismo sexo.
Acogidos por un hogar con dos mascotas tipo french, esta pareja nos permitió conocer un poco de su historia de amor y de lucha, porque aunque muchos en nuestro estado conocemos la labor de Marco como un activista por los derechos humanos, el camino personal no ha sido nada fácil. “Para nosotros es importante transmitir el mensaje a más personas de la comunidad de que hay luz en el camino, de que es nuestro derecho y hay muchas personas en las que pueden apoyarse”.
Para ambos, el matrimonio era un sueño de muchos años. Marco, por ejemplo, quería esperar a que Aguascalientes reformara su Código Civil para acceder al matrimonio igualitario sin necesidad de un amparo, ser la primera pareja del mismo sexo en casarse sin trámites extraordinarios más allá de los requerimientos del Registro Civil, sin embargo durante su trabajo como activista se ha encontrado con casos complicados donde al fallecer uno, el otro se queda en la calle sin el patrimonio reunido en pareja, “yo quería asegurar que si llegara a faltar en algún momento, Lalo tuviera la seguridad de todo nuestro patrimonio juntos o viceversa”.[...]
La representación espiritual y la hermandad masónica
Ahora bien, dejando un poco de lado los procesos jurídicos, Marco y Eduardo celebraron un rito masónico muy especial, del que si bien por respeto a sus tradiciones no podemos detallar (pero que realmente estuvo lleno de emociones y sentimientos), representó un paso importante para la logia a la cual pertenece Marco y en lo general para la masonería del país y de Latinoamérica.
“Muchas personas buscamos también tener una cuestión espiritual, la masonería en una de sus vertientes, busca no solo trabajar en la parte profesional sino también la parte espiritual y emocional. La masonería es una parte importante de mi vida, es mi segunda familia, y tener acceso a una ceremonia de este tipo significaba mucho porque tiene que ver con el que se reconozca a mi pareja como miembro de la familia masónica”. Dado que el requisito principal es estar casado bajo las leyes del país en cuestión, Marco solicitó acceder a este ritual con tiempo, obteniendo el respaldo de sus hermanos masones.
Esto aunque tradicionalmente la masonería en México tiende al machismo pues son rituales que privilegian lo masculino, “si hay en algunas logias prejuiciosas hacia las personas de orientación sexual distinta a la heterosexual, pero no es el caso de todas las masonerías. Yo participo en una que es Masonería del Derecho Humano de origen francés, que surgió hace 126 años para buscar que las mujeres también pudieran ser masonas”, es un requisito que las logias de este ramo sean mixtas porque lo que se busca es la igualdad, inclusive México fue precursor de ella pero al abandonarla, Francia tomó la bandera.
MARCO Y EDUARDO, PRIMERA PAREJA DEL MISMO SEXO EN SER RECONOCIDA EN UN RITO MASÓNICO CONYUGAL |
MARCO Y EDUARDO, PRIMERA PAREJA DEL MISMO SEXO EN SER RECONOCIDA EN UN RITO MASÓNICO CONYUGAL |
MARCO Y EDUARDO, PRIMERA PAREJA DEL MISMO SEXO EN SER RECONOCIDA EN UN RITO MASÓNICO CONYUGAL |
Foto: Claudia Castro
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