La Historia en breve: Portugal
La primera Gran Logia de
Portugal, creada en 1804, tuvo por Gran Maestre a José de Sampaio e Mello
Castro y como Gran Orador a José Liberato, fraile agustino del convento
lisboeta de San Vicente. Se crearon, a continuación, otras logias en Oporto y
Santarem, en un ambiente de moderada libertad que perduró hasta 1815, fecha del
Congreso de Viena, en el que las potencias conservadoras europeas convinieron
la represión de cualquier movimiento liberalizador que pudiera evocar el
bonapartismo. La utilización por Napoleón de los conocimientos y capacidades de
notorios masones, sobre todo en su reorganización de los países de la Europa
meridional, acarreó a la Masonería la animadversión de casi todas las
monarquías conservadoras, que la identificaban con el ideario de la Revolución
francesa.
En 1817 fué ahorcado el Gran
Maestre Gomes Freire de Andrade y en aquel mismo año fué prohibida la Masonería
en Portugal. Al igual que en España, se produjo un movimiento liberal en 1820
que hizo posible el regreso de los masones exiliados, siendo elegido Gran
Maestre Cunha Soto-Maior en 1820 y Silva Carvalho, en 1823, bajo la corona de
Juan VI , retornado del Brasil e instalado en el trono por los liberales. Ello
permitió reagruparse a los masones, que dieron a la Gran Logia el nuevo nombre
de Gran Oriente Lusitano, adoptando el Rito Francés. Sin embargo, duró poco la
buena voluntad de D.Juan y aún fueron peor las cosas con su sucesor, Miguel I,
debiendo entonces exiliarse de nuevo numerosos masones portugueses, hasta que la
revolución de 1833 colocó en el trono a D. Pedro I, tambien retornado del
Brasil, donde, en su día, había buscado refugio la familia real durante la
ocupación napoleónica. D.Pedro había recibido la iniciación masónica en Rio de
Janeiro, en 1822.
Durante el reinado de D.Pedro
no sufrió persecución la Masonería en Portugal, aunque el regreso de los nuevos
exiliados creó una situación confusa, ya que la Masonería interior y la del
exilio no siempre habían actuado coordinadamente. El Supremo Consejo del Rito
Escocés Antiguo y Aceptado fué fundado en 1842.
Sin embargo, los desacuerdos
fragmentadores duraron hasta 1869, en que, como había ocurrido en España, se
llegó a una situación política más favorecedora de las libertades. Las varias
formaciones masónicas que habían surgido entre 1834 y 1869 se fusionaron,
formándose el Gran Oriente Lusitano Unido con las dieciocho logias activas
existentes entonces. Algo después, el Gran Oriente Lusitano extendió su
jurisdicción territorial a España, donde un número importante de Logias
(muchas, andaluzas) trabajaron bajo sus auspicios hasta que, unidas, pasaron a
formar luego la primera Gran Logia Simbólica Española.
Miembros del Gran Oriente
Lusitano desempeñaron importantes papeles en pro de la democratización y laicización
de la sociedad portuguesa (Liga Nacional de Instrucción, Academia de Ciencias
Libres, etc.), apoyando ciudadanamente el advenimiento de la República, en
1910, cuando la Obediencia contaba ya
con más de 100 logias.
La dictadura de Oliveira
Salazar prohibió la Masonería en Portugal mediante su ley de 1935, a semejanza
de lo que habían hecho las dictaduras italiana y alemana y haría la española,
desde 1936 (las dictaduras comunistas hicieron lo mismo). Sin embargo, y
afortunadamente, la persecución de los masones no alcanzó nunca en Portugal las
dimensiones que tuvo en España. El Gran Oriente Lusitano Unido fué recreado en
1974, a la caída de Salazar, recuperando su sede tradicional de la lisboeta rua
do Grémio.
A partir de 1984, varias logias
inician un movimiento de aproximación a la Masonería anglosajona y a sus
criterios de “regularidad”, surgiendo en 1990 una Gran Logia Regular de
Portugal , que fué inmediatamente “reconocida” por las Obediencias masónicas de
escuela anglosajona y que había de tener azarosa vida. En efecto, durante esa
década se escindió la nueva entidad, dando paso a una Gran Logia Legal de
Portugal y creando una importante
confusión jurisdiccional (sobre todo, para la Gran Logia Unida de Inglaterra).
La historia de la Masonería en Portugal |
Finalmente, en 2000, abandonando
el quimérico terreno de las definiciones inglesas de “regularidad”, doce logias
regulares tradicionales constituyeron la Gran Logia Nacional Portuguesa,
presidida por el Muy Respetable Gran Maestre Alvaro Nascimento Carva, entrando
a formar parte de la Confederación de Grandes Logias Unidas de Europa. Con base
en esa Obediencia y con el apoyo del Supremo Consejo de Francia, surgió el
actual Supremo Consejo de Portugal del Rito Escocés Antiguo y Aceptado.
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