Da página oficial da Grande Loja Simbólica de Espanha transcrevemos este importante comunicado, pelo seu valor histórico e humanista:
Gracias al espacio de libertad del que disponemos, hoy nos puede resultar difícil entender el sufrimiento causado por los tribunales franquistas. Fueron muchos los colectivos represaliados, las familias rotas por el exilio, las vidas destrozadas por largas condenas de presión, las personas expulsadas de sus puestos de trabajo… sin olvidar los condenados a muerte o trabajos forzosos en lo que alguien aún hoy considera “monumento nacional”. Instamos a que las palabras de la ministra de Justicia, Dolores Delgado, que se propone “declarar la nulidad de los tribunales de excepción franquistas”, se conviertan en realidad.
Entendemos la complejidad del trabajo que queda por delante, pero no entendemos la tardanza para comenzar ese trabajo. No entendemos que tengan que pasar más de 40 años para emprender la rehabilitación de la memoria de muchos ciudadanos que fueron condenados por defender la libertad, por pensar distinto de lo que imponía un régimen sin escrúpulos que llevó nuestro país al aislamiento internacional y, diríamos más, al aislamiento del individuo.
Los masones fuimos uno de los grupos represaliados: uno entre muchos (republicanos, homosexuales, comunistas, sindicalistas, nacionalistas, librepensadores), y exigimos para nosotros lo mismo que para el resto de compañeros del terror. Ha pasado demasiado tiempo: ya no pedimos restitución de nuestro patrimonio expoliado ni indemnizaciones para los pocos supervivientes de la represión.
Lo que sí pedimos es el reconocimiento del daño causado y la reparación moral. No podemos dejar pasar 40 años más con la excusa que levantar alfombras no lleva a ningún lugar. Estamos viendo en diferentes países europeos el renacimiento de partidos políticos con las ideas más extremistas desde la segunda guerra mundial. El recuerdo y reparación del daño causado por los extremismos (sean del extremos que sean), se hace ahora más necesario que nunca. Nos atrevemos a decir que la divulgación de nuestra historia más reciente se hace hoy imprescindible, porque el recuerdo es una obligación. No podemos imaginar siquiera nuevas olas de odio recorriendo Europa.
En unos decenios han cambiado los grupos candidatos a la represión. De los masones, comunistas u otros, hemos pasado a denostar a losinmigrantes, a los que huyen como pueden de la guerra o las clases más desfavorecidas de nuestra sociedad; así consideramos la mayor o menor relevancia social o económica como un nuevo elemento de segregación racial.
No hay problemas fáciles, eso lo sabemos. La Masonería ha buscado, busca y buscará un espacio de reflexión, de formación de personas y de ideas, que nos ayude a superar tanto los retos de hoy como los retos del futuro. Pero para ello será imprescindible mirar hacia delante con el recuerdo del pasado.
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