El pensamiento hermético distinguió, hace decenas de siglos, aspectos de la psicología humana que los especialistas de nuestro tiempo admiten como fundamentales, utilizando diferentes nomenclaturas. Podemos hablar de tres niveles de conciencia en cada individuo: el yo sensorial, es decir, un cuerpo humano que tiene determinadas características (hombre, mujer, gordo, flaco, alto, bajo, etc.); yo, como “mi persona o lo mío” (lo que me hace pensar en “mi”, en mis emociones y reacciones, en mi cuerpo como atributo propio que utilizo y que incluso puedo desear modificar para que me represente de “otra manera”) y finalmente, Yo, como realidad profunda, capaz de concebir los otros dos yoes como dimensiones superpuestas a mi mismo; el ser íntimo y permanente que aflora en nuestra conciencia cuando, en momentos especiales, reflexionamos sobre “el conjunto de circunstancias en que nos encontramos”. El género es el gran principio dual de la generación en el Universo, grabado en tod